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¿Qué hace que algo sea "kafkiano"?

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¿Qué hace que algo sea "kafkiano"?

"Alguien debe haber estado diciendo mentiras sobre Josef K. Él sabía que no había hecho nada malo, pero una mañana, fue detenido".

Así comienza "El Juicio" una de las novelas más conocidas del autor Franz Kafka. K. El protagonista, es detenido porque sí y obligado a pasar por un proceso desconcertante donde ni la causa de su detención, ni la naturaleza de los procesos judiciales son claros para él. Este tipo de escenario se considera tan característico de la obra de Kafka que los académicos dieron con una nueva palabra para él. Kafkiano.

Kafkiano entró en la lengua vernácula para describir lo innecesariamente complicado y las experiencias frustrantes, como ser forzados a desplazarse por laberintos de burocracia. ¿Pero estar de pie en una larga cola para llenar el papeleo confuso realmente captura la riqueza de la visión de Kafka?

Más allá de un uso ocasional de la palabra, ¿qué hace algo kafkiano? Las historias de Franz Kafka en efecto, se ocupan de muchos aspectos mundanos y absurdos de la burocracia moderna, dibujando en parte su experiencia de trabajar como un empleado de seguros en Praga de principios del siglo XX. Muchos de sus protagonistas son trabajadores de oficina obligados a luchar a través de una red de obstáculos con el fin de lograr sus objetivos, y a menudo, todo el proceso  resulta ser tan desorientador e ilógico que el éxito se vuelve inútil en primer lugar.

Por ejemplo, en la breve historia, "Poseidón" el dios griego antiguo es un ejecutivo tan inundado con el papeleo que nunca ha tenido tiempo para explorar sus dominios bajo el agua. La broma aquí es que ni siquiera un dios puede manejar la cantidad de papeleo exigido por el lugar de trabajo moderno. Pero la razón es que no está dispuesto a delegar en ninguno de los trabajos debido a que considera a todos los demás indignos de la tarea.

El Poseidón de Kafka es un prisionero de su propio ego. Esta sencilla historia contiene todos los elementos que hacen que un escenario sea verdaderamente kafkiano. No es lo absurdo de la burocracia por sí sola, sino la ironía del razonamiento circular del personaje en reacción a él que es un emblema de la escritura de Kafka. Sus historias tragicómicas son una forma de mitología de la era industrial moderna, empleando una lógica de sueño para explorar las relaciones entre los sistemas de poder arbitrario y los individuos atrapados en ellos.

Tomemos, por ejemplo, el más famoso cuento de Kafka, "La metamorfosis". Cuando Gregorio Samsa despierta una mañana se encuentra transformado en un insecto gigante, su mayor preocupación es que tiene que llegar a trabajar a tiempo. Por supuesto, resulta imposible.

No fue solo el reino autoritario del lugar de trabajo lo que inspiró Kafka. Algunas de las luchas de sus protagonistas vienen desde dentro. La corta historia, "Un artista del hambre" describe un artista de circo cuyo acto consiste en ayunos prolongados. Está molesto porque el maestro de circo limita a estos 40 días, creyendo que esto le impide alcanzar  la grandeza de su arte. Pero cuando su acto pierde popularidad, se le deja libre para dejarse morir. El giro viene cuando yace moribundo en el anonimato, lamentablemente admitiendo que su arte siempre ha sido un fraude. Él no ayunó por la fuerza de su voluntad, sino simplemente porque nunca encontró una comida que le gustara.

Incluso en "El juicio" que parece concentrarse directamente en la burocracia, las leyes vagas y los procedimientos desconcertantes apuntan a algo mucho más siniestro: el terrible momento de un sistema legal que resulta imparable, incluso para los funcionarios supuestamente poderosos. Este es un sistema que no sirve a la justicia, pero cuya única función es la de perpetuarse.

Lo que la teórica política Hannah Arendt, escribiendo años después de la muerte de Kafka, llamaría "tiranía sin tirano". Acompañando la desolación de las historias de Kafka, hay una gran cantidad de humor enraizado en la lógica absurda de las situaciones descritas.

Así, por un lado, es fácil reconocer lo kafkiano en el mundo actual. Nos basamos en sistemas de administración cada vez más complicados con consecuencias reales sobre todos los aspectos de nuestras vidas. Y encontramos que cada palabra nuestra es juzgada por gente que no podemos ver de acuerdo con las reglas que no conocemos. Por otro lado, al ajustar  nuestra atención sobre lo absurdo, Kafka también refleja nuestros defectos sobre nosotros mismos. Al hacerlo, nos recuerda que el mundo en que vivimos es uno que creamos, y que tenemos el poder de cambiar para mejor.

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